Si hay algo que me gusta en el mundo es estrenar ropa, esa sensación placentera, que en mi caso por lo menos dura sólo un día. Después pocas prendas, pueden alargar ese bienestar. Quizás siento eso porque no estreno ropa todos los días, seguramente si la estrenara, no sentiría de la misma manera ese aroma a nuevo.
Pero también disfruto mucho de esas prendas que llevan conmigo la tira de años y que me da mucha pena deshacerme de ellas, porque me hacen sentir bien y compartieron conmigo momentos especiales.