Font parece trabajar con los patrones como si fuesen esculturas que maneja a su antojo. Sus lazadas al cuello asemejan estar hechas de papel, dando una lección magistral de papiroflexia.
El color turquesa brilla con tanta intensidad como el lúrex del que emana en esos cuerpos de cuello vuelto.
Un juego de volúmenes, texturas y cromático que roza la perfección del maestro Cristóbal Balenciaga.
Superposiciones sobre brocados laminados con lúrex, tules, gasas de seda y organzas que parecen flotar en nuestra imaginación, porque de entre tanta pureza podemos creer, que estamos viviendo en una irrealidad.
De aquí seguro que saldrá más de una ilustración :)
